sábado, 12 de noviembre de 2011

Un tsunami de tristeza

Transcurre la vida. Inexorablemente.
El tiempo pasa y en su imparable curso surgen ilusiones y aparecen precipitados adioses. Se abren etapas, se cierran otras.

Les tengo abandonados, lo sé, pero la existencia no me da tregua. No me da ni un respiro para sentarme plácidamente ante ustedes y contarles mis fobias, locuras, indignaciones, neuras... y para comentarles aquellas "almodovarianas" situaciones que a menudo leo en la prensa y que encienden la bombilla de mi caótica atención.
Pero no les olvido (la vida no me enseñó a dejar capítulos inconclusos), como no olvido que en estos días pasados cumplí ese 2º aniversario de este "sui generi" matrimonio que contraje con este blog.
Eso sí, a contracorriente sigo recortando aquellos flashes periodísticos que en cada momento alimentan mi imaginación, con la firme esperanza de relatárselos a ustedes en algún momento, como parte fundamental de "mi terapia liberadora". Temas que, como los años, han ido pasando sin darles su sitio, sin hacerles, por falta de tiempo, demasiado caso.
Así, en estos 20 días de silencio, me hubiera gustado hablarles sobre aquellos cerdos que el pasado 20 de octubre anunciaron el final de su lucha sin quitarse sus máscaras y sin una palabra de reconocimiento hacia sus víctimas ("ETA anuncia el fin del terrorismo". 20.X), o sobre aquel pobre director de banco que se vio en la tesitura de robar en su propia oficina, simulando un atraco, y todo por financiar su divorcio ("Hermano, este atraco es un fiasco". 16.X). También, y recordando al contable de Al Capone en la película "Los intocables de Elliot Ness", les hubiera narrado mi impresión sobre el cuestionable error de otro contable, esta vez de Estepona, al que una servidora, cual Capone, hubiera estrangulado ("El PP halla en Estepona un error contable de 20 millones". 12.X);como también tenía en el tintero la ya desfasada, por archicomentada, caída de nuestra popular "duquesa descalza" ("La duquesa de Alba sufre fisura de pelvis tras una caída". 27.X).- Esbozados tenía comentarios sobre los reiterativos improperios de Duran Lleida ("El candidato de CiU, Antoni Duran Lleida agravia en pocos días a tres colectivos". 25.X), o sobre aquel juez de Madrid que fue expedientado por el simple hecho de tener espíritu de poeta ("Expedientado un juez por escribir en verso una sentencia".26.X).- Pero la más increíble de las noticias que quedó en el tintero fue aquella que narraba las peripecias de aquel joven de Zimbabwe llamado Sunday Moyo que, ante el tribunal que juzgaba su zoofilia, alegó textualmente: "yo había contratado a una prostituta y pagué 20$ por el servicio en una discoteca de Down Town y no sé cómo se convirtió en burro" (noticias.terra.es 27.X)... ... En definitiva, un abanico de posibilidades que nunca vieron la luz.

Y es que son malos tiempos. Tiempos en los que no hay cabida para la autocompasión ni para la desesperanza. Tiempo en el que solo cabe la pelea y que te llevan a reflexionar y relativizar; en los que valoras en toda su inmensidad el tener a tu lado a un gran compañero de viaje que asume como propio, soportando junto a ti, el extenuante peso de tu equipaje. Tras esa hermosa, tierna y tranquilizadora certeza, todo lo demás no importa. Ni un tsunami que te venga, aunque este sea de profundo dolor y tristeza.

Triste aniversario éste, sí. Pero riámonos con el despiste de Sunday Moyo porque la vida sigue.
¡Ah! y a aquellos de ustedes que siguen ahí: ¡gracias y un beso!

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