viernes, 13 de agosto de 2010

Aberraciones del verano: el "balconing"

La última aberración del verano se llama "balconing". Evidentemente, los calores estivales sientan fatal y si encima se juntan con alcohol, para qué contar. Aunque en este caso, no ha sido solo una cuestión de sol y alcohol, sino que además ha habido su dosis de "éxtasis" y de una cosa que se llama "cristal", que suena fatal pero que no tengo ni idea de que vá.
El "balconing" es, al parecer, la última novedad en las Islas Baleares. Lejos ya de las tendencias seudo-hippies del "ad lib", esta nueva moda es menos etérea y algo más aérea... Y es que ahora lo último en Ibiza no es ponerse prendas todas ellas blancas y vaporosas, sino tirarse de los balcones... Sí, como lo oyen. Ahora a los jóvenes turistas que llegan a la isla pitiusa les ha dado, tras ingerir el cocktel molotov al que ya me he referido con anterioridad, por saltar al vacío desde los balcones de sus habitaciones. Y no crean que con ánimos suicidas, pobrecillos, nooooo, sino como pura y llana diversión. A unos les da por saltar a otro balcón vecino y a otros por tirarse a la piscina, seis o siete pisos más abajo... todo depende, de la motivación y el entusiasmo.
El problema surge cuándo del jardazo, acaban en el hospital o lo que es peor, criando malvas como el deshidratado Vladimir. Desde el inicio de la temporada alta de este verano 2010, ya han ido a parar a urgencias 30 niñatos de 18 a 20 años y, en los últimos días, se han matado cuatro.
Algunas azafatas persuasivas, deberían de pasearse por los aeropuertos entregando panfletos a estos irresponsables visitantes en los que se les indicara que el veraneo esta para ligar y para echar barriga cervecera, pero no para matarse haciendo el ganso. Yo creo que los chicos vienen un tanto equivocados...  No es que yo pretenda que se ilusionen con la simpleza de ir a un cine de verano a comerse una sandía mientras ven una película de Tornatore y huelen a dama de noche, que es como una servidora se entretenía en sus años mozos... Pero de ésto a lo otro hay un millón de opciones y alguien debería de indicárselas .
Mal asunto es éste que lleva a los jóvenes a entender que para divertirse hay que cometer este tipo de disparates; pero así andamos.

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