jueves, 2 de septiembre de 2010

¡Ay, si Confucio levantara la cabeza!

¡Para que luego nos vengan con la milonga de que la picaresca es patrimonio español! ¡Vamos!
Tras regresar de mi plácido y monacal verano y encontrarme con la friolera de 93 periódicos atrasados, he visto (en lo poco que he hojeado) un artículo que me ha confirmado mi teoría de que, aunque vivimos en una nación en la que los peculados proliferan como setas en un bosque, hay países que nos superan en picardía y rocambole a la hora de hurtar en las arcas del Estado.
Si no lean y juzguen:
Resulta que en Japón, el Estado, y concretamente el Ministerio de Salud y Bienestar, otorga unas pensiones y bonificaciones especiales a sus ciudadanos centenarios... Normal, se dirán, que menos que esos resistentes ancianitos tengan una existencia digna y no como aquí que los dejan pudrirse con pensiones de pacotilla, ¿no? Pues claro; pero no crean que el asunto es baladí, ya que hace un mes (y este dato no es gratuíto) el país nipón se vanagloriaba de "ser el más longevo del planeta con 40.399 centenarios censados". Imáginense lo que éste desembolso supone para las arcas ministeriales de marras; pero daba igual ya que "Japón es un país de fuerte tradición confucionista y que, por tanto, ha respetado y cuidado con veneración a sus mayores"... Hasta aquí, bien requetebien.
El asunto ha pitado cuando "en enero de 2010 una funcionaria (con un exceso de celo profesional y no como los de aquí) decidió visitar (de motu proprio) a Sogen Kato, para entregarle una mención honorífica ya que a sus 111 años, acababa de convertirse en el hombre más longevo de Tokio". ¡Pues seis meses ha estado buscándolo! No ha sido hasta el 26 de julio que lo ha hallado... pero momificado. Sí, momificado cual rey san Fernando, ya que el pobre hombre llevaba criando malvas desde 1978. ¡32 años!
"El caso (imaginénse) alertó al distrito donde vivía Fusa Furuya de 113 años (la mujer más vieja de Tokio) y, tras ir a su domicilio, tampoco dieron con ella" En este caso no hubo momia, los familiares alegaron desconocer el paradero de ésta y se cerraron en banda. Supongo que con caras de no romper un plato, querrían hacer creer a las autoridades, que la pobre vieja podría fácilmente estar con un guayabo en la Costa Azul tomando el sol a costa de su cuantiosa pensión... ...
Ahora, como comprenderán, el Ministro Akira Nagatsuma está trabajando a destajo buscando a los demás centenarios. ¡Imagínense el percal!; ya son "282 ancianos los que no se han encontrado" (y los que quedan, majo). Ya son, por lo pronto, 282 pensiones, bonos y premios honoríficos que los hijos de estos ancianos se habían estado embolsando durante años y todo gracias a que se callaron el nimio detalle de que sus progenitores la habían palmado. ¿No me digan que no tiene arte?

En fin... supongo que nuestra Ministra homóloga de Nagatsuma, o sea Trinidad Jimenez, sabrá que "España es el 2º país más longevo del mundo trás Japón" ¡Sí, como lo oyen! ¡Y yo creyendo que era Cuba!. Pues nada, ¡nuestra España! y, concretamente "Andalucía lidera el ranking de personas centenarias con 1018" ¿A que no lo sabían?, pues yo tampoco. Pero alguien debería alertar a Doña Trinidad, no sea que esta noticia de lo que esta sucediendo en Japón  haya trascendido más de la cuenta y algún que otro desalmado esté tomando nota y empiece a revolotear cual buitre carroñero en torno a su viejito más cercano.
Así que, Trini, hija, antes de dejar tu Ministerio para volcarte en la guerra contra la Espe, deja a alguien aleccionado sobre este asunto y da orden a nuestros avezados funcionarios para que vayan a visitar, cordialmente y uno por uno, a nuestros centenarios hispanos, no vaya a ser que la pintoresca historia de las momias niponas se quede en bragas al lado de la nuestra. Y aunque las pensiones que en muchos casos dais son una vergüenza nacional, tampoco es cuestión de andar llenando panzas de hijos malvados. Ya tenemos las arcas demasiado exhaustas y  no estamos para negligencias ni regalos.

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