lunes, 18 de octubre de 2010

De cerdo a gitano.

En las presentes circunstancias no sé que preferir, si ser "cerdo" o "gitano". Todo depende. Si vives en la Serranía de Huelva, tu destino como miembro de la raza porcina es bien aciago; si eres gitano en Francia, que quieren que les diga, tampoco tu futuro es demasiado afortunado. Los primeros acaban cebados y guisados, los segundos, muertos de hambre y exiliados...
Sea como fuere, en la UE nos han brotado eurodiputados graciosillos o, cuanto menos, juguetones. Por si no tuvieran problemas (yo creía que lo de la crisis los traía de cabeza), andan buscando tiempo para jugar a los rompecabezas y es que "los acrónimos están de moda" en Bruselas. A nada que se aburren o se hartan de oír hablar ininterrumpidamente de lo mismo, se vé que sacan los tableros de Scrabble y se ponen a combinar letras. De esta manera, a base de darles vueltas, han tenido la "ingeniosa idea" de convertirnos, ya no en PIGS sino en GIPSY.
Para quién me haya leído asiduamente sabrá que PIGS (cerdos) es la combinación de las iniciales de los países europeos con mayor recesión económica, o sea: Portugal, Irlanda, Grecia y España y es como nos venían llamando despectivamente en Europa desde hace años. GIPSY (gitano), es el producto de la utilización de las mismas desafortunadas letras (aunque no sé de dónde puñetas han sacado la Y, ¿será Italia?) y es el nuevo "mote" que nos han endosado.
Alguien debería de cuestionarles seriamente su sentido del humor a estos diputados, porque todavía pueden intentar insultarnos comparándonos con los cerdos, pero ¿a que viene que pretendan denigrarnos llamándonos gitanos? Porque, digo yo, ¿que pasa con los gitanos? ¿o es que ahora va a tomar toda Europa el modelo Sarkozy, metiéndolos como etnia a todos en un mismo saco? Dudo mucho que la vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de justicia Viviane Reding, se haya enterado, con el mosqueo que ha cogido con las expulsiones del Presidente galo.
Sea como fuere, la frivolidad y ligereza de ésta gente a la hora de bromear, da asco. Todavía me puedo sentir ofendida con lo de PIGS, por lo que tienen éstos de apestosos y marranos, pero no pienso molestarme porque me llamen gitano. Quizá, en las presentes circunstancias me dé más repugnancia que me llamen presidente francés o eurodiputado.
Y es que, señores, "Hace daño quién puede, no quién quiere", que se vayan enterando.

1 comentario:

  1. Querida, yo me apunto si quieres a compartir mis experiencias dietísticas con tigo para no terminar como una PIG, pero desde ya te digo que no suelo cumplirlas jeje. Un besote!

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