lunes, 25 de octubre de 2010

Dinero, dinero, dinero.

Ríos de tinta están corriendo sobre la opulenta boda del hijo de Nati Abascal.
Titulares a primera página están abominando sobre la falta de pundonor que ha supuesto el hacer este despliegue de riqueza ante un mundo en crisis.
Y digo yo ¿de qué se extrañan? Que se sepa, la revista Hola se agotó en menos de una hora en todos los kioscos de prensa. Y es que los de a pie no se dejan engañar con facilidad y saben que eso de la crisis es para ellos, para la gente normal, pero igualmente saben que hay cierto estatus social que vive al margen de cualquier cataclismo mundial.
Que si "deberían de haber sido más discretos", que si "deberían de haberse abierto a todos los medios", que si "no deberían de haber sido tan herméticos"... ¡Y que quieren! ¡Con brasas ardiendo tendrían que quemar a una servidora para que abriera la boca si estaba en juego un exclusiva de 480.000€! ¿O no? Porque la boda del año ha sido el negocio del siglo. Vean El Mundo de este sábado pasado. Entre regalos y venta de exclusiva, los novios se han embolsado cien millones de las antiguas pesetas... Y encima le han prestado el coche, le han regalado los puros y el alcohol, se han ahorrado los 85.000€ del catering y los vestidos de las dos féminas protagonistas valorados en 100.000€ han sido generosamente  donados por el diseñador Giambattista Valli, ganador final de una lucha propia de ring entre unos cuantos modistos finalistas meticulosamente seleccionados...
¡Así me caso yo también!... y no pidiendo préstamos a los bancos y tirando del dinero de los regalos para que se cubran los gastos, que es cómo se andan casando nuestros chavales en estos últimos tiempos.
En fin... que verdad es ésa de que "el dinero mueve al dinero". Y el que pretenda que los ricos de pro bajen su ritmo o sus costumbres porque puedan dañar la sensibilidad de los que no tienen nada, es que es un ingenuo.
Hay un suplemento del periódico Expansión que sale los jueves y que se llama Fuera de serie. Es digno de verse. Yo me lo paso pipa cada vez que lo pillo y no porque pueda comprar nada de lo que en él se oferta, ¡válgame Dios!, sino porque es paradójico que en un periódico económico se pueda disparatar y tener un sentido de la realidad tan distorsionado. Por ejemplo, te sugieren que compres a una niña que hace su Primera Comunión un reloj de brillantes y oro rosa que vale 8.655€ (me disfrazo y hago la Primera Comunión yo); o una bufanda de lana de 600 (eso sí,con una cremallerita y un bolsillito para guardar el móvil); o un maletín de trabajo por 42.500 (aunque, no crean, ¡que es de cuero, no de plástico!); o un collar de perro de oro rosa por 785€ (yo hago salchichas con el chucho y se lo choriceo)...
O sea, que el dinero a mansalva sigue existiendo.
A los periodistas éstos que ahora están tan indignados, lo que les pasa es que andan envidiosillos. Miles de € se hubiesen embolsado de haber descubierto alguno de esos secretos que no trascendieron. Y es que al final, nadie se mueve por un sentido altruista, todo es dinero, dinero, dinero...
El que piense lo contrario es que está colgando de un gigantesco guindo.

Anexo (31.X.2010). Un dato que he cogido de un artículo que se titula: "¿Crisis de lujo?¡Que vulgaridad!". En él se afirma que: "las marcas exclusivas recaudaron en 2009, 293 millones de € en España, un 18% más que el año pasado"... ¡Toma del frasco! ¿Ven lo que yo les decía? A ver cómo se rumia ese dato con la crisis que tenemos...

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