miércoles, 25 de mayo de 2011

El vuelo de los vencejos

Hoy no voy a hablarles de política, ni de urnas, ni de varapalos, ni de resultados electorales.
Tras una semana de concienciación social, que no política, en la que me he sumado cada día, por eso de la solidaridad, a la convocatoria de los "indignados" de La Encarnación (eso sí, con mis camisitas de seda, mis pantalones de Armani y mi bolsito Vuitton para que vieran que "indignados" estamos todos); en la que he pasado un "introspecto" sábado de reflexión, echando humo por las orejas de tanto meditar sobre a quién votar, mientras bebía y bailaba como las locas hasta las 5.00 de la mañana en una boda de ésas gamberras; en la que he ido, al fin, a votar con un calor de justicia, con un resacón monumental y con una falta de reflejos y una ceguera tal, que no sabía muy bien si estaba metiendo en la urna una papeleta de los antitaurinos, de los ecologistas, o de los que, tras mi responsable reflexión, correspondían; en la que, a toro pasado, o sea, antes de ayer lunes, me fui, con todo el morbillo del mundo a husmear por los alrededores de nuestro Ayuntamiento para comprobar si olía a Falla valenciana, o mejor dicho, a "cremá", por aquello de que estuviesen quemando sin demora ciertos papeles y documentos... ... ...; hoy, tras todo éso, les voy a hablar de los vencejos.
Sí, de los vencejos.
Díganme, ¿se han parado alguna vez a ver cómo vuelan los vencejos?, ¿se han sentado alguna vez, en el atardecer, a contemplar sus piruetas, sus acrobacias, sus juegos?... Hay quienes para alcanzar la paz espiritual se van a rezar a un templo, o incluso, los que cogen la mochila y se largan al tibet con el Dalai Lama, o a Bosnia a ver a la Virgen de Medugorje o de Lourdes o de Fátima...; pero lo mío es más sencillo porque basta con que me ponga a observar, durante un rato, a estas aves volar para que me reconcilie con el universo.-  El drama de estos sublimes, aunque aparentemente parduzcos y feos, "reyes del cielo", que comen, duermen e incluso se aparean en pleno vuelo, es que si caen al suelo están inevitablemente muertos. La naturaleza, en su equilibrio, los dotó de la más aerodinámica de las alas, pero de unas patitas minúsculas, que de posarse en tierra no les sirven para impulsarse y retomar su natural elemento. Así que, si algún día se encuentran alguno y no les da grima cogerlo, háganlo, mírenle sus ojillos de terror, noten cómo le bombea el corazón y tras ello, impúlsenlo para que retome el vuelo...; da una enorme satisfacción... y... le habrán salvado la vida con ello.
... ... ...
Pero, ahora se preguntarán: ¿y a qué demonios viene todo ésto?... ... Pues verán. A una servidora, que tiene una mente que "furula" por derroteros inciertos, tras las elecciones, le ha dado por encontrar ciertas similitudes entre mis queridas aves y estos politiquitos nuestros. Salvando las diferencias y con perdón de mis vencejos, me he puesto a pensar en todos esos personajes que nos han estado, durante muchos años, dirigiendo y que tras el varapalos del domingo, se van a la calle a partir del 10 de junio, como quién dice, con lo puesto (aunque..., es una manera de hablar, porque entre lo que hayan pillado y lo que sigan chupando todos se cuidarán muy mucho de continuar con su presente y futuro resuelto). Así, me los imagino volviendo a la briega de sus puestos de profesores de instituto, o con sus batitas blancas de enfermero, o tras la mampara de los cajeros de banco entregando dinerito a bolsillos ajenos y los presupongo desesperados, avinagrados, descompuestos...y es que muchos de estos señores que han estado manejando nuestra ciudad y sus dineros, al igual que mis "reyes del cielo", en el aire son dioses, pero en el suelo agonizan y se sienten irrevocablemente muertos.- De ahí surge el que, por aferrarse y pretender mantener sus cargos para no volver a sus vidas de "simples mortales", difamen, ofendan, insulten... y que ahora, y en vista de los resultados, culpen de su fracaso a todo y a todos, sin plantearse, en un gesto de humilde autocrítica, lo bien o lo mal que lo hayan hecho.
En definitiva, el caso es que estoy contenta con este refrescante relevo y no porque tenga la convinción de que los nuevos lo vayan a hacer mejor, todo queda por demostrar, en suspenso, pero al menos te renuevan la ilusión, la esperanza, el optimismo de pensar que todo pueda tener arreglo, sensaciones todas ellas que habíamos perdido hacía tiempo... ...
En fin... hoy no les iba a hablar de política sino de mis vencejos pero, al final, mi intención inicial se ha ido por otros derroteros... Pero bueno, perdónenme, es que hoy estoy feliz y empiezo a respirar mejor con estos nuevos vientos.

2 comentarios:

  1. Hoy han vuelto los vencejos. Un año después veo revolotear nuevos vencejos, mientras nuevos y algunas viejas políticos nos siguen jodiendo bien jodidos, más aún, si cabe. Y parece que sí que cabe.
    Sólo para tu información, hoy han vuelto los vencejos.

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  2. Gracias por tu aviso, anónimo.
    A veces (muchas) me siento como un bicho raro cuando me paro a reflexionar sobre mis "peculiares" aficiones.
    Me alegra saber que hay alguien más que mira al cielo y se fija en mis reyes del vuelo.
    No sé en que zona de mi ciudad o de España vives. Al cielo del centro de Sevilla (que es donde vivo) llegaron el 27 de marzo... :(. (Verás,es que en mi neurosis, lo apunto cada año en mi diario; tanto cuando aparecen como cuando nos abandonan)
    Si tienes tiempo y ganas, siéntate algún día a contemplarlos en el atardecer, sobre las 8,30 o las 9,00. Aún a costa de tu cervical habrá merecido la pena. Disfrutaras de lo lindo.
    Muchísimas gracias por el detalle de tu aviso. De verdad. Detallazo.

    PD.En cuanto a los politicuchos, no esperes nunca nada de ellos. Lo que tu no puedas conseguir por tu propio esfuerzo,no esperes jamas que ellos te lo procuren.

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