lunes, 2 de mayo de 2011

"El código McCormick"

El dúo musical de los '90 "Ella Baila Sola" tenía una canción genial (por irónica, crítica y despiadada) titulada: "De mayor quiero ser mujer florero", título que una hija de una amiga mía varió diciendo: "de mayor quiero ser mujer de bolso". Y es que el sueño de la hija de mi amiga, la niña Anuca, era el de pasarse el resto de su vida sin dar "un palo al agua" y se veía oníricamente, de paseo todo el día, con su bolsito colgado, viendo tiendas y gastando... Tanta gracia nos hizo el término que, desde entonces, definimos como tal, o sea, "mujeres de bolso", a todas aquellas que no tienen trabajo remunerado y que "viven como reinas" mantenidas por sus santos parientes.- Así lo visto y rebobinando, Marta y Marilia (las del dúo) "NO querían convertirse en mujeres florero" y Anuca anhelaba lo de NO tener que descolgarse el bolso...
 Pero ¿y usted?, ¿que anhelaba usted?. ¿Cuál era su sueño de niño? Porque, cada uno de nosotros, en algún momento de nuestra infancia, albergamos una ilusión. ¿Cuál fue la suya, pues?; ¿la de convertirse de mayor en cirujano, tal vez en bombero, o en policía, en astronauta, en piloto, en futbolista...?, ¿o quizá en enfermera, en modelo, en princesa, en bailarina, en azafata..., en el caso de las féminas?... ... Todas ellas, profesiones de ensueño a los ojos de un niño, idealizadas; la mayoría, ilusiones rotas o perdidas en el transcurso de la infancia, en el devenir de la adolescencia, en el racionalismo realista y práctico de la madurez.

Yo, por mi parte, les confieso que quería ser aventurera. Así, con todo lo que el término pudiese conllevar. También me hubiera gustado eso de ser arqueóloga. Devoradora compulsiva de los libros de Enyd Blyton y, concrétamente, de la saga de "El club de los 5 secretos", me imaginaba explorando cuevas, adentrándome en casas encantadas, resolviendo peligrosos misterios y, en su defecto, me pasaba constantemente rasgándome los pantalones, abriéndome las rodillas o la barbilla, y... claro... castigada todo el día.- Ni que decirles que, con el tiempo, dejé relegado ese sueño y me perdí por otros derroteros. Y es que, con los años se cambia y en lo que a mí me atañe, estudié Conservación y Restauración,  me enganché con el arte -pasión platónica y adormecida en la actualidad- y, posteriormente, con la literatura. Ya ven, nada más allá de una vida a lo Indiana Jones.

El caso es que, en estos últimos tiempos, me ha llegado a las manos y he leído sobre el misterioso asunto ése del Código McCormick... y con ello, he descubierto una profesión que no me hubiera importado realizar y éso que ya es difícil que yo me identifique con algún trabajo. Y es que ¿no resulta apasionante éso de ser criptólogo, toda la vida descifrando códigos, analizando variantes, elucubrando sobre lo que podría ser y tal vez no es? No me digan que no es fascinante.- Y, ahora que lo pienso, ¿cómo se hace uno criptólogo?, ¿dónde y cómo te preparan para algo así?, ¿en qué han tenido que matricularse los que practican la criptólogía? ¿Hay que estudiar para astrofísico, como Nicolas Cage en "Señales del futuro", o para detective privado como  Sherlock Holmes en su relato "Los bailarines", o para antropólogo o arqueólogo?...

No sé. Sea como fuere, el FBI ha descolgado en Internet el Código McCormick ante la imposibilidad de descifrarlo, para ver si alguno de nosotros podemos echarles una mano. Ni su Unidad de Análisis Criptográfico, ni la American Cryptogram Association han podido solucionar el dichoso enigma tras intentarlo durante 12 años. Ni que decir tiene que, el Centro Criptólogico Nacional español, dependiente de CNI, ha contestado al llamamiento diciendo que no tienen tiempo. Muy propio. Están, al parecer, sobredimensionados de trabajo, investigando a ETA y al Yihadismo islámico...
En fin... al grano. Si son ustedes de los que gustan de misterios y de pasatiempos, márquense este reto, váyanse a Internet e intenten descifrar las "30 lineas codificadas de McCormick". Les aviso que si lo resuelven, no hay premio, sólo la satisfacción personal de haber podido superar a las mentes y recursos tecnológicos del FBI. Si no se sienten capacitados ni siquiera para intentarlo (tal es mi caso), al menos lean la historia; el entretenimiento está asegurado.

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