martes, 8 de junio de 2010

¿Dónde demonios he puesto el Dolalgial?

Mientras que Zapatero "pide generosidad a los agentes sociales y partidos" en la prensa de hoy, una servidora ha amanecido con el dulce sonido de trompetillas y platillos.
Claro, es que estamos en huelga de funcionarios, señores, y en lo que se refiere a la Delegación de Obras Públicas, que es la que tengo aquí al lado, dicha movilización se reduce a 14 individuos abanderados y tocados con gorritas de CCOO y UGT. Eso sí, ruido hacen como nadie. Y yo me pregunto trás contemplarlos: ¿por qué tienen toooodos y cada uno de los manifestados esas barrigas enormes?; y ¿por qué de los 14 que hay ahí abajo, la mayoría son de los que salen siete veces al día al bar del venezolano?
De la incompetencia del funcionariado ya creo haberme referido en ocasiones anteriores ("Dramáticamente abocados al suicidio", 10 de abril). No creo que haya sistema burocrático más caótico y menos operante que el español. Bueno... supongo que quizá el turco, o el italiano...
Es verdad que las "medidas para reducir el déficit del estado" eran ya inevitables, pero mientras que Frau Merkel las ha iniciado "subiendo las tasas a centrales nucleares y a bancos y transacciones financieras", nuestro incompetente presidente ha empezado atacando a los más débiles, o sea, congelando las pensiones de ancianos que ya de por sí vivían en el límite de la pobreza y bajando los sueldos de todos los funcionarios...
Hombre, es verdad que por algún sitio tenía que empezar a meter el diente;  que los políticos, con digno gesto, se bajen sus salarios y que se los bajen a ciertas escalas del funcionariado, no está mal pensado... Pero que se lo reduzcan a aquellos que tienen sueldos de funcionarios tan bajos que a duras penas llegan a final de mes, no hay derecho. Debería de haber un tope mínimo, digo yo. Pero él, ¡alaaaaa!, a hacer tabla rasa. Y lo que es una pena es que sus errores los tengan que pagar personas que matarían por los 40e que les van a restar a su mensualidad...
Eso sí, a nuestro Mr. Bean español ("El Marcel Marceau español", 17 de febrero) cada vez le queda la chaqueta más grande y se le nota el pescuezo más delgado; como también se le ve más despeluchado, será que de tanto pensar se rasca la cabeza demasiado... ¡hasta ha perdido el sempiterno bronceado!. Y es que el hombre, a base de pretender engañarse y engañarnos con que no pasaba nada, se ha metido en una letrina de cuartel de la que a ver quién lo saca...
Con los "agentes sociales" éstos de aquí abajo (que según los veo son de los que se comen un bocata de clavos sin inmutarse) presionándolo en España y la UE atosigándolo desde Europa  lo veo metido en un embrollo del que, para salir, tendrá que dejar de hacer las cosas "a gusto de todos"... ... ...
¡Ahhhhhhhh! ¡esperad, esperad, esperad, me voy a asomar, que los Sancho Panza están dejando de sonar!  Se vaaaaannnnnn!... Ah, bueno, claro, es que son las 11,00 de la mañana, la hora del primer café y las tostadas. Y es que dónde se ponga una buena tostada... Ahí han dejado todas las banderitas clavadas, semitiradas, supongo que dentro de 2 horas (que es lo que suelen tardar en desayunar) volverán para proseguir la pitada. ¡Y vendrán con energías renovadas!... ¡Agggggg!... en fín... todo sea por la patria.

1 comentario:

  1. Dios Concha, hacía mucho que no te leía y sigues tan refrescantemente crítica como siempre, me encanta!

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