lunes, 7 de marzo de 2011

Los anglicismos, los "maonaiiiillos" y las "y" que ya no son griegas.

Probablemente en éso radique el optimismo, en sacar de las contrariedades ventajas. Ha nacido una nueva palabra, el smirting, producto de la fusión entre smoking+flirting y hace referencia al "ligoteo" que se está produciendo fuera de los bares entre aquellos que salen a fumar. Supongo que, el tener un vicio común que les obligue a tener que salir al exterior a pesar de las inclemencias les hermana y de ahí surgen los romances. Así que, ya lo saben, ya tenemos un nuevo término...
Pero si miro el mismo día en mi trilogía de periódicos mañaneros, me encuentro con que "un estudio alerta sobre los riesgos del 'sexting', fenómeno que consiste en la difusión de imágenes de tipo sexual propias" y es que, al parecer "un 4% de los menores se han hecho alguna vez a sí mismos fotografías provocativas"... ... Y unas pocas páginas después, leo que "la flota gallega afirma no hacer 'finning'", que es como se le llama a "cortar la aleta del tiburón y desechar el resto del pez"; aunque no sé ustedes, pero yo no me imagino a un pescador gallego de esos taciturnos, enjutos, curtidos por el mar, pronunciando la palabra "finning" en ningún caso... ...
Sea como fuere, no sé que pasa últimamente, que nos ha dado por los "anglicismos" y si terminan en gerundio, pues mejor.  Hacer "zapping", "footing", "mailing", "parking", "lifting", "shopping" son términos que utilizamos ya con absoluta naturalidad. Y digo yo, ¿por qué?. ¿Qué es lo que nos esta pasando?, ¿qué es lo que está provocando éste fenómeno?, ¿es que cada vez estamos convirtiéndonos en más y más perezosos, hasta el punto de tener que buscar "anglicismos" para decir con una escueta palabra lo que podríamos decir con tres, valiéndonos de nuestra riquísima y preciosa lengua española?, ¿es que cuesta tanto trabajo?

No sé, no sé... Me van a tener que ayudar ustedes a entender algo porque yo me pierdo... Para situarles les voy a transcribir  (les prometo que literal, salí corriendo a escribirla para no perder ni un detalle) una conversación desarrollada (a voces, no crean que escucho detrás de la puerta) entre dos cualificados operarios del excelentísimo ayuntamiento de nuestra ciudad y luego hablamos:
- Franciscoooooo, deja er suelo limpio como una patena, ¿eh?
- ¿Y una pateeeena que eeeee?
- Pos donde está la hoooostia, c-r-jo.
- ¿Tú que has sio, monaiiiiillo acaso?
- ¿Monaiiiiiillo yoooooo? - risas- . ¡Si yo he crecío con er ganao!

Estupefacta me quedé. Fue fascinante, edificante. Como la vida misma.
Y ahora aclárenme mi duda: ¿dónde radica "la realidad social de nuestro país"?; porque una servidora sigue sensible a aquel insulto que le estamparon y todo porque se negaba, por principio, a ver seriales como "Aída", o "La señora" o programas como "Operación Triunfo" o "Mira quién baila" y, por tanto, anda insegura y despistada. Así, por andar "ajena", como al parecer ando, "a la realidad social de nuestro país", a veces me cuesta situarme y analizar en su justa medida precisamente éso, las realidades sociales que me rodean. Entonces, ¿dónde esta, pues, nuestra esencia más primigenia: en los diálogos de los animales de bellota que trabajan a diario en los bajos de mi casa o en la pijería y la afectación de aquellos que abusan de galicismos y anglicismos en sus expresiones más cotidianas? Porque, desde luego, donde estoy segura de que no está es en la RAE, ni en las cabezas pensantes, por muy cultísimas y sapientísimas que sean, de los señores que la conforman. Esos sí que andan despistados, quitando y poniendo acentos y cambiando el nombre de las letras con una trascendencia y un eco que espanta. Como si con ello fueran a cambiar España...
En fin... quizá ésa, y no otra, sea la "esencia primigenia" de nuestra tierra, la de tener probablemente la lengua más bella y más rica del planeta y pasárnosla por debajo del babi sin el más mínimo reparo; la de ser así de desahogados y valorar y cultivar tan poco el legado que tenemos que transferir y que hemos recibido de nuestros antepasados.
De todas maneras (que quede entre nosotros), de escoger entre los académicos de la RAE, los "anglicistas" y "galicistas" afectados y los "monaiiiillos" de abajo, me quedo con éstos últimos. Al menos, el escucharlos me arranca carcajadas y éso, el que algo te libere una sonrisa en los tiempos que vivimos, es todo un regalo. Y es que quizás en eso radica el optimismo, en sacar de las adversidades, ventajas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario