lunes, 27 de junio de 2011

¡Guardate de los idus de agosto, Benedicto!

¡Que disparate!, ¡que despropósito más grande!
A ver... ¿de quién ha sido la magnífica idea de organizar una visita de nuestro Pontífice en pleno mes de agosto? ¿Es que hay detrás de esta iniciativa un complot judeo-masónico para terminar con la vida del Vicario de Cristo de una manera sutil y diabólica, o sea, derritiéndolo y achicharrándolo bajo un apocalíptico sol de justicia? ¿Es que no ha habido ni una mente lúcida entre los cuestionables católicos apostólicos romanos que han organizado dicho evento y han tomado esta letal e irresponsable decisión, que les dijera que iban a cometer un craso error? ¿Es que no ha habido nadie a la que se le haya encendido una bombillita en su cerebro, que haya  reflexionado y haya llegado a la conclusión de que celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid del 16 al 22 de agosto (en un verano que, por ende, se augura con un calor de mil pares de demonios) va a ser algo tanto o más aniquilador que la masacre de Saint Barthélemy donde perdieron la vida miles de hugonotes (que dicho sea de paso, también fue en un mes de agosto, solo que de 1572)?
Y lo peor es que, a parte de diezmar de insolación a media población juvenil y cristiana, para colmo, como culmen del desatino, como traca final, se van a traer para la ocasión, para alegrar los corazones de tanto joven fervoroso, a nuestro octogenario Benedicto XVI, que en pleno agosto lo que tiene que hacer es irse a beber granizada mientras contempla el mar Tirreno en su residencia de verano de Castelgandolfo y no venirse a ésta nuestra infernal capital que, entre la contaminación, el asfalto, la polinización y los 45º a la sombra de sus insufribles veranos, es más un destino del  mismísimo Lucifer que no de un anciano que, supongo, aspira a beato. ¡Aunque... a lo mejor... intenta alcanzar la santidad con el sacrificio (o suplicio) de esta acción!...
¡Ah!, por cierto, por cierto, por cierto... y no olvidemos a los 120 Párrocos Indignados que conforman el Foro de curas de Madrid,  que como se personen en plan boicot en alguno de los actos, con el justificado cabreo que arrastran (multiplicado por los calores del verano), sí que se puede montar un buen tinglado y, entonces, sí le puede dar definitivamente, a Su Santidad, un pasmo de los malos.
¡79 horas estará la criaturita en este averno!. 79 horas (del jueves 18 al domingo 21) en las que Su Santidad tiene programados (con fechas y horas) 9 discursos, 3 homilías, una visita a los reyes y otra reunión con Zapatero (supongo que para tirarle de la patilla y amenazarlo con las hogueras del infierno). Veanlo si no me creen; métanse en la web oficial del evento y vean la programación. ¡Lo que yo les diga! ¡un complot judeo-masónico!.
Lo que más gracia me ha hecho es que mientras que, en su heroica disponibilidad, el anciano, en su primer maratoniano día se va a llegar a la Zarzuela a ver a Juan Carlos, luego al Escorial a comer con jóvenes cristianos para, posteriormente, personarse en la Cibeles (como los futbolistas) para hacer un Via Crucis (¿alrededor de la recalentada fuente?)y al día siguiente dará la confesión a miles de jóvenes (pobrecillo, menudo tostón, espero que no sea de uno en uno) en los jardines del Buen Retiro (al menos, ahí supongo que estará fresquito), para luego desplazarse al aeródromo de Cuatro Vientos a hacer un día de vigilia y a decir unas misas... ..., lo que no ha estado dispuesto (y ésto es lo gracioso) es a desplazarse un milímetro para ir a entrevistarse con nuestro impío y satánico Presidente del Gobierno que con su endiablada gestión ha arrastrado a nuestro país, católico por tradición, a la depravación, al ateísmo y al desenfreno... Así, nuestro mindundi nacional, que no tiene personalidad ni para ponerse las pantuflas y el pijama, al pretender no parecer que lo ningunean en su ocaso y querer salir en el retrato, va a tener que ir a ver al Pontífice a sus estancias privadas en la capital, o sea, a la Nunciatura Apostólica. ¡Ahí, a pasar por el aro, que si pensaba éste que iba a ir Benedicto a la Moncloa como a la Zarzuela, lo tenía claro! ¡Con la Iglesia hemos topado!

En definitiva, que el pobre Ratzinger, cuando el 21 de agosto coja su papa-avión a las 19.00 horas de vuelta a casa, no se lo va a creer y cuando aterrice en su santa casa romana, va a arrodillarse a besarla cual Wojtyla cuando pisaba tierra polaca.
Testigos son ustedes de que yo lo pongo en aviso del desatino en el que se va a ver metido. Cual ciego adivino a Julio Cesar, hoy te digo: "¡Benedicto, 'Cuídate de los idus de marzo'!"; pero... ¿qué se apuestan a que no me hará, como Cesar al vidente, ni pito caso? Esperemos que su destino no sea tan aciago... Ya nos enteraremos. En Septiembre hablamos.

(*) Ni que decir que las fechas de la JMJ no caen en los idus de agosto. Según el antiguo calendario romano, los idus tenían lugar los día 15 de marzo, mayo, julio y octubre y los días 13 del resto de los meses, con lo cual no cuadra, pero vaya... la frase de Shakespeare nos viene divinamente al caso.

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