domingo, 11 de abril de 2010

La invasión silenciosa

Que de chinos hay una jartá, es por todos sabido. Para que se os abran las carnes, estamos hablando de la friolera de 1.328 millones de ellos, y serían 1.700 de no ser por la política de planificación familiar que se implantó en el país en 1970 y que limitaba a cada pareja a tener , tan solo, un hijo en el caso de que vivieran en area urbana y dos si viviesen en zona rural. Pero claro, ni que decir tiene que toda ésta resultó ser una medida infructuosa, porque a ver quien era el guapo que controlaba que esta ley se llevara a cabo, teniendo en cuenta, no sólo el parecido entre ellos, sino las pocas ganas de colaborar que tuvieron los matrimonios chinos durante estas tres décadas. Tanto ha sido así, que el Gobierno, muy mosqueado ya, se ha visto obligado a multar a los infractores. Una vez comprendido que la picarezca no existe sólo en el mundo cervantino, se vieron forzados a atacar donde más nos duele a todos los seres humanos, o sea, en el bolsillo. Así, los pobres y fecundos asiáticos se vieron en la tesitura de, o bien pagar "el equivalente a 10 veces el ingreso anual per cápita del área donde viviesen" o, en su defecto, cerrarse la bragueta.
Pues ni lo uno ni lo otro señores. Al mejor estilo de Rinconete y Cortadillo, con todo el pesquis posible, se limitaron a ponerles a todos sus retoños el mismo nombre y a censar tan solo a uno de ellos. Y que los pillase un galgo. Hay que tener arte.
El caso es que, a la vista de lo expuesto, la cifra censal oficial de 1.328 milllones de chinitos es, eso, la oficial. La realidad es otra bien distinta y es que hay más chinos que hormigas en un hormiguero. Por ello, hoy en Expansión he leído que un ingeniero llamado Huang Rixin ha tenido la feliz idea de (basándose en el modelo de los "hoteles cápsula" de Japón) crear las "viviendas cápsula" en Pekin. Los habitáculos miden 2mt2 y se alquilan por 250 yuanes (25e) al mes. Eso sí, ¡tranquilicense! porque, en el colmo del lujerío, "cada apartamento tiene su propia puerta de entrada", aunque carezcan de ventanas y sus paredes sean de cartón piedra...
Claro, así estan los pobrecitos, deseando salir de China para instalarse con holgura en nuestros paises. Es verdad que se hacinan 6 familias de 40 miembros en un pisito de 50mt2, pero ellos tan panchos, cual príncipes en un palacio.
No sé ustedes, pero yo cada vez veo mas chinos en mi barrio. Tienda cerrada, local pillado por uno de ellos. Como diría mi hermana, nos estan sometiendo a una "invasión silenciosa" de la que apenas nos estamos dando cuenta. A mí no me caen ni bien ni mal, ni tampoco me molestan, mi rechazo xenófobo ya lo tengo plenamente dirigido hacia los fundamentalistas islámicos, pero cuando reflexiono sobre el comentario de mi hermana, me da un poco de escalofrío, la verdad, y me vienen a la mente aquellas películas de los '60 en las que se nos aterrorizaba  avisándonos de la inminente invasión de extraterrestres y en las que hasta se nos alertaba de que, tal vez, el tendero de al lado podía ser un marciano camuflado.
En fin... yo, por si acaso, antes de comprar en una tienda de chino procuro dejar mi dinero en Ultramarinos Manolito, por eso del apoyo patrio, ya saben. Y además, ¿y si es cierto que nos estan invadiendo con criterio y estrategia bélicos y no nos estamos dando ni cuenta? Desde luego, listos son como el hambre. De hecho, son los únicos que en plena crisis ecónomica mundial siguen, a destajo, abriendo negocios. ¿Como lo haran?, leyendas urbanas al respecto, las hay a cientos. Yo por si acaso, como ya he dicho, intento no darles ni un duro, por eso de no facilitar su expansión; aunque hoy, por una urgencia, he tenido que ir a por cebollas... pero ¡me ha dado un coraje!

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