domingo, 4 de abril de 2010

Top less sí, burka no

Un día de junio del 2009, de esos estivales de calor sevillano, ví, por primera vez, a una mujer con "burka" pasar ante mí. Bueno, no exactamente con "burka", sino con "niqab". Fué aquella una visión que, no solo me irritó, sino que me dañó. Porque hacía calor y porque tanto el niño como el hombre que la acompañaban iban cómodamente con sus camisas y sus ropas occidentales, así tan repanchos, mientras que ella se iba, supuestamente, asfixiando con esos trapajos agobiantes. Me molestó tanto, que de buena gana lo hubiera estrangulado; y digo "lo" porque mi indignación se dirigío hacia él. Ella, tan solo con el calor que tenía que estar pasando, ya iba bien despachada.
Ayer leí en la prensa que "el Consejo de Estado francés cree ilegal vetar el 'burka' en la calle. El órgano consultivo del Gobierno opina que la restricción atenta contra la autonomía de la mujer"... ... ¿¿Autonomía?? ¡¡ y una leeeeche!! (y perdonen la expresión) Ya les mandaba yo a los Campos Elíseos a mil nudistas finesas en bolas (pero de las viejas, gordas y celulíticas, ¿eh?, no de las esculturales, hmmm) a ver como reaccionaban. Seguro que las enchironaban sin plantearse, ni por un momento, si con ese veto pudieran estar "atentando contra la autonomía de esas mujeres". ¡Anda ya, con tanta demagogia!
Vale, pongámonos en el caso de que aquella mujer que ví aquel día con el "niqab", lo llevaba por libre y privativa decisión, pero es que a mí (y subrayo "a mí"), ciudadana libre y defensora de la igualdad de sexos, me molestó, me hirió su visión; como me heriría ver en la calle como a un niño su padre le pegase un bofetón.
Hay un refrán que dice que: "Donde fuere haz lo que vieres". Pues eso. No entiendo que estos fundamentalistas islámicos quieran mejorar su calidad de vida, instalándose en el mundo occidental, y que encima lleguen pretendiéndo imponernos sus aberraciones orientales. Llevado a otra escala, es como el tema de la ablación. No hijos, no. Si quereis seguir con vuestras aberrantes "tradiciones", os vais a vuestras tierras y allí os pudrís de hambre y de asco y nos evitais, a nosotros los europeos civilizados, la contemplación de vuestras abominaciones. Que digo yo que "no se puede estar en misa y repicando", ¿o no?
En el periódico de hoy ponía que "Belgica lidera el camino hacia la prohibición del 'burka' en Europa". Holanda le va a la zaga. Espero que si algún día se acrecienta el uso de esta vestimenta en España, se entienda sin fisuras que, en aras de la libertad, esto es algo que no se puede consentir, tolerar. Y que sea algo que se ataje drásticamente. No podría ser de otra manera; lo contrario sería ir en contra de nuestros principios morales y constitucionales o, al menos, así lo veo yo.