miércoles, 7 de julio de 2010

Los mejillones de Paul

En Alemania hay un pulpo pitoniso que se llama Paul. Desde hace años, cada vez que la selección germana juega un partido de relevancia, ponen al famoso cefalópodo a vaticinar que va a pasar. Y ¿cómo?, se preguntarán, porque que se sepa, el calamar no sabe leer cartas, ni hablar... Pues verán, ponen al peculiar oráculo ante dos urnas, cada una con la bandera de cada uno de los equipos que van a disputar el partido. Urnas llenas de mejillones igualmente gordos y jugosos. Paul , que es goloso y le encantan los mejillones tanto o más que a cualquier Paul humano que se precie, se va lanzado a una de las urnas a ponerse morado y ¡la urna que escoge, SIEEEEEMMMPREEEEE, es la del equipo que gana!... Verídico. Núnca falla.
Cuál ha sido la sorpresa, cuando ayer, en plena audiencia televisiva germana, el viscoso animal se fué lanzado a la urna de España. Era un poema ver la cara del presentador, más líbida que si hubiera padecido un descomunal cólico tras un atracón de salchichas... Toda Alemania contempló con estupor como el pulpo Paul se convertía en vil traidor... ...

Verán, a mí este fenómeno del futbol me deja perpleja. Sin profundizar en la violencia, divos o infartos que genera, da pie a situaciones cuanto menos pintorescas... Y si no, que alguien me explique, por ejemplo, lo del preso ese huído de la prisión de Guadalajara, que va y deja, antes de largarse, una nota diciendo a los carceleros, que se va a los mundiales de Sudáfrica, pero que no se preocupen en buscarlo, que cuando termine vuelve a su celda como si nada. Literal... ...¿Hay alguien que me justifique razonablemente esta acción? Díganme,  pero no me vengan con deducciones espurias de esas, que de ellas ya tengo yo un montón.
Pues ese es un fiel reflejo de la pasión que suscita el futbol, como lo es el estremecedor bramido que surge del infinito cuando España marca un gol... ¿Lo han oído?, ni los bárbaros del norte de la película de "Gladiator"...
El hecho es que, el denominado opio del pueblo esta de moda. Lo último es la manía que le ha dado a los famosos por comprar equipos defenestrados. Vean, por ejemplo, a Nadal que ha comprado junto a Serra Ferrer el Mallorca F.C., o al jeque de Qatar Abdullah ben Nasser que se ha hecho con el Málaga F.C. Y todo a golpes millonarios de talonario. Ahí el único que se resiste en vender es nuestro bien aborrecido Lopera. ¡Ay, el Lopera!... pero, claro, ese es otro tema. El tío de tonto no tiene un pelo y sabe que vendido el Betis, le viene del tirón auditorías, juicios y prisión...

Pero volviendo a nuestro original protagonista, los teutones se quedaron tan pillados con su traición que no sabían si comérselo o jubilarlo, todo dependía de lo que pudiera pasar esta noche... porque igual el simpático calamar podría haber metido el tentáculo hasta el corvejón... Pero ¿saben una cosa?, pues que ha sido que no, que Paul ha vuelto a acertar y España ha ganado el partido, tal y como él pronosticó.
Graciosa anécdota para este hecho histórico.
Ahora, lo que es menester es que el popular bicho no acabe en el fogón.

1 comentario:

  1. PD de autor.
    Esta mañana hemos amanecido con el anhelado anuncio de que Lopera ha vendido su 51% de acciones del Betis por 16 millones de €. Se vé que la codicia ha podido al miedo a la justicia. El nuevo accionista mayoritario dice que realizará una auditoría externa, la que Lopera nunca permitió efectuar... A ver con lo que se encuentra...
    Definitivamente el futbol esta de moda. Este paso marca en el Betis una luz en el horizonte.

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