jueves, 22 de julio de 2010

"¡Y una porra!"

Últimamente, me comentan que hablo demasiado de temas locales, cosa que puede ser cierta, y que debo de tender a tocar asuntos más generales... Como ha sido un comentario constructivo, haré caso e intentaré enmendarme... pero, hoy no.
Y es que hoy no quiero dejar pasar ni un minuto sin hacer referencia a uno de mis temas más reiterativos, o sea, a los personajillos que tenemos como políticos.

Esta vez el turno le toca al Delegado de Urbanismo de nuestra ciudad, Manuel Rey, novato en el cargo ya que tan solo hace tres meses que fue nombrado. En "un pleno monográfico sobre la Encarnación" y sus carísimas Setas, el susodicho, que más que catedrático de universidad parece haberse educado en un corral, "se despachó contra el PP con una frase más que llamativa dentro de la seriedad del debate". Llamativa e inapropiada, diría yo, ya que se debatía un triste asunto, un triste y dantesco asunto en el que ya se llevan gastado más de 100 millones de € y en el que se quieren gastar 30 más...
Así,en pleno debate, el cuestionable catedrático soltó, a viva voz, la estupidez de: "Para el cabreo, pastillas Macabeo"... ...
Supongo que se estarán riendo pero, ya ven, a mí, maldita la gracia que me ha hecho. "¿Y de qué te asustas tú?", me dirán ustedes; "¿tú que estas todo el día despotricando y diciendo barbaridades?"
Pues verán, una cosa es lo que ese señor o una servidora puedan decir en la intimidad de su casa o a sus amigos y otra muy diferente es el comportamiento y las reglas que unos personajes políticos que se precien deben de seguir.
Pretender tener políticos de la talla de Castelar o de Cánovas del Castillo es pedir un sueño. Imaginen como eran de fabulosas las intervenciones de Castelar, que aún hoy esta considerado como el más elocuente y culto orador de nuestra historia... Y en cuanto a Cánovas del Castillo, cuándo murió asesinado por aquel anarquista resentido, su sucesor y amigo P.M. Sagasta dijo: "Después de la muerte de D. Antonio, todos los políticos podemos llamarnos de tú"... Bellas palabras..

El problema es que los políticos de hoy en día ya no sólo se hablan de tú, sino que hasta se insultan y denigran.Y es una desgracia, porque este comentario de hoy, sobre el cabreo y las pastillas Macabeo, habrá sido una pamplina pero es mal ejemplo. Lo que estos politicuchos no entienden es que, por sus cargos, están en el punto de mira y que sus zafias actitudes pueden servir de patrón de comportamiento para mucha gente despistada... y para muchos jóvenes y adolescentes... ... Si entre ellos no son capaces de mantener unos mínimos de educación y de respeto, ¿qué legitimidad moral pueden esgrimir a la hora de juzgar las actitudes vandálicas de nuestra ciudad y de nuestra sociedad?

En fin... hoy recuerdo con nostalgia un bofetón; el único que mi padre me dió. ¿Saben por qué? porque le contesté, no recuerdo en que contexto: "¡Y una porra!" . Ya ven. Y siento añoranza por ello, no porque piense "que todo tiempo pasado fue mejor", sino porque allá por mi juventud se tenía un concepto de ciertas cosas que hoy no encuentro.

Gracias papi. Si hoy en día leyeras mi blog te escandalizarías...; pero no te preocupes, que sigo siendo tu niña... aquella que comprendió que mandar a la cándida porra al ser que más quería era una abominación.

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