sábado, 26 de diciembre de 2009

Mea Culpa

Y al fin Obama se hartó. El tío le echó genio y se plantó. Cansado ya de que Wen Jiabao, primer ministro chino, lo toreara y se le escurriera sistemáticamente, el flamante nobel de la paz, se coló sin avisar en una reunión del oriental, con mandatarios de Brasil, India y Sudáfrica. Ya tenía que estar endemoniado el hombre como para romper, de esa manera, los predeterminados protocolos de actuación.Y es que, si se es presidente de EEUU es por algo. Al final, con esa osadía, consiguió salvar la Cumbre del Clima de Copenhague, que llevaba todas las trazas de terminar en el más absoluto de los fracasos. Pero, 11 horas se pasó la criatura, persiguiendo al escurridizo chino de marras. 11 horas hasta que comprendió que, o le hacía una encerrona de esas que no tienen escapatoria o se volvía a Washington como había venido.
Y es que estos chinos... son tan resbaladizos... A ver, que levante la mano aquel al que le caigan bien los chinos. Pero honestamente, sin hipocrecías. Que me levante la mano al que le gusten. Y no me refiero a tu fiel amigo Hao o a tu dulce amiga Ziyi, sino en general, al compendio de todos los chinos. Yo no pienso que haya razas mejores ni peores y creo que malas y buenas personas las hay de todos los colores, pero estos chinos me desconciertan. Mea Culpa, es verdad, hay algo en ellos que me genera desconfianza  y no me considero nada xenófoba. Es otra cosa. Y, además, aunque no me lo querais reconocer, todos comprendeis de lo que estoy hablando, o no?
Por eso, me solidarizo con Obama, cuándo, sin nadie esperarlo, ya con las narices hinchadas, se coló en esa reunión. Fué una reacción absolutamente humana, carente de esa divinidad que se le presupone a un presidente estadounidense. Aunque, claro, habrá quien lo interprete como una acción prepotente. Nada más allá. Para bien de bienes, la intromisión surtió efecto. Si al esquivo chino le molestó, que se tome tres sakes y se haga el harakiri. Se lo ganó.
En fin... para compensar mi destructiva crítica os recomiendo una película china: "El camino a casa" de Zhang Yimou. Deliciosa, maravillosa, indescriptible. Vedla, os la aconsejo, merece la pena.

1 comentario:

  1. Yo distingo como en todos los países, entre el pueblo chino y el gobierno chino. Cualquier parecido entre ambos es pura coincidencia. En general, los chinos son trabajadores, organizados, respetuosos, al menos los que yo conzco(cada día más). Parecen esclavos de su trabajo, y lo que es peor, parecen hacerlo con gusto. Por eso están arrasando en todas partes.
    Yo los admiro aunque no los entiendo ni me gustaría ser como ellos. En cuanto a su gobierno, éste y los anteriores desde Mao me parecen un horror, con su actitudes dictatoriales, sus asesinatos y secretismo su trato sibilino con el resto del mundo. Nepal con sus lamas, o Tianamen con sus muertos son ejemplos del tipo de gobierno que tienen los chinos. Pero el pueblo es otra cosa...

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