sábado, 9 de enero de 2010

El Asedio

Este año lo he iniciado con un troyano en mi casa. Pero no crean que se trata de un hermoso griego, al estilo del valeroso Hector o del enamoradizo Paris. No piensen que los Reyes Magos me han echado un atractivo guerrero heleno, ellos saben que en mi carta les pedí un bolso y unos zapatos y que con "mi media naranja" tengo cubierto ese campo. Este invasor se ha instalado sin permiso, sin previo aviso, al estilo del temible Aquiles, arrasando. Y llevamos ya siete días batallando. Sin quererlo ni beberlo, estando tan tranquila, me viene ésto y ahora me tiene, con su despiadado asedio, sin escribiros ni leeros. No hay derecho, mi pobre VAIO está maltrecho.
El caso es que yo era reacia a todo esto de la tecnología, pero en esta casa, con el retoño y el marido que tengo, no pude resistirme mucho tiempo. Pero yo era una de esas románticas que disfrutaba del acto de escribir cartas. A la antigua usanza. Y no es que escribiera muchas, pero me gustaba el hecho de coger el papel y, de puño y letra, escribir en él y posteriormente introducir la carta en el sobre, ir al estanco, pegarle el sello y echar mis palabras al buzón. Sentía que, con todo ese esfuerzo, transmitía deferencia y cariño hacia la receptora o receptor. Me daba satisfacción. Además, ¿hace cuánto tiempo que no encontrais una carta de un ser querido en vuestro buzón?, ¿a que os haría ilusión?
Pero todo esto se perdió, ya no se encuentran ni sellos. Y pienso que, al igual que los fareros, en un futuro también desaparecerá la figura del cartero. Son los tiempos. Ahora, a base de ver a diario tan inhóspito y despersonalizado a mi triste buzón, me he habituado a mirar mi VAIO, el cuál, dándole a un pulsor, me muestra otro mundo de ilusión, solo que en vez de llamarse carta, sobre o buzón, tienen otros nombres como Avant Browser, Explorer, Google o Outlook Express.
Ahora estoy desolada porque este terrible troyano me ha roto la posibilidad de cualquier comunicación y porque, por mucho que luchamos y lo herimos, siempre salen más de la panza de ese terrible caballo. Y me desconcierto, y me hago preguntas como: ¿quién se beneficia de todo ésto?
En fin... son nuevos tiempos, con nuevos códigos de comportamiento que, a menudo, yo no entiendo.
Resistiré como pueda al ataque, al asedio, aunque ya no sabemos como hacerlo.

1 comentario:

  1. Bienvenida al club de los que soportamos gusanos ,troyanos y otros engendros informáticos. Si tuvieras como yo niños descargándose todo el día juegos, películas, canciones,etc, estarías más familiarizada con semejantes elementos. Es como la gripe, alguna vez te tienes que contagiar.
    Siempre he creído que los que crean los virus son los de los programas antivirus, que son los únicos beneficiados con todo esto. Los demás a aguantarnos y gastar dinero en antivirus y formateos. Que le vamos a hacer...

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