martes, 12 de enero de 2010

Justificable Rencor

El postigo de mi casa daba a un callejón en el que vivía una niña. Era pálida, ojos claros, gordita. Todas las tardes, cuando reunía a sus amigas, armaban tal algarabía que yo salía y me acercaba cuál si fuera la llamada del Flautista de Hamelín. Pero todas enmudecían cuando yo llegaba, callaban hasta que me iba. Y no lo entendía.
Ha pasado mucho tiempo pero ahora me viene a la memoria la cara de aquella vecinilla del callejón que, según supe más tarde, no me miraba a los ojos porque los trajes que estrenaba eran los que desechaba yo. Ella lo sabía. Yo no. Núnca me lo perdonó.
Doloroso e inocente rencor el de aquella niña que, con 9 años, se iniciaba en el mundo de la humillación.
Cuándo, con el tiempo, me enteré ya no se oían sus risas. Supongo que emigraría con su familia. Pero me hubiera gustado pedirle perdón. No por mi fallida generosidad de entonces, sino por mi incorrupta inocencia e ingenuidad. Por seguir, a tan temprana edad, inmune a la vida y ella, por mi culpa, no.

2 comentarios:

  1. A la pérdida de tu VAIO: Ánimo, seguro que no tardará mucho y vendrá (como) nuevo. El formateo es el antiviral más potente que conozco. Después del tratamiento, llegan limpios, jovenes y puros, dispuestos a que vuelvas a llenarlos con tus cosas. Solo habrás perdido los datos que no tuvieras guardado, porque de memoria de su vida anterior se quedan listos.
    Del tema que tratas tengo una anécdota que pensaba poner algún día en mi blog. Tenía unos vecinos (clientes) en la farmacia antigua cuya situación económica no era muy buena. Cuando fui a cambiar de coche (entonces no había plan Prever ni ayudas de ningún tipo)iba a llevar el viejo alchatarrero para vendérselo por lo que me diera. La vecina vino y me dijo que su hija necesitaba un cochecito para trabajar y le habían dicho que el mío estaba bueno de motor... Total, se lo regalé. Desde ese día dejaron de hablarme y, por supuesto de comprar en la farmacia. Yo flipaba, no lo entendía.
    Años después comentando ésto, alguien me dijo que era muy frecuente, incluso hay un dicho sobre esto ("no sé qué favor lo habré hecho a Fulano que no me habla").
    Ahora pienso que forma parte del pago de agradecimiento que nosotros los más favorecidos le debemos a la vida, aquellos que pasan dificultades y ayudamos nos sirven para liberarnos de esa deuda, y cuando me encuentro a alguno de esa familia, los saludo con sincero cariño y agradecimiento... y ahora ellos son los que flipan. No te extrañe ver esto algún día en el blog. Besos.

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  2. Me alegra que estés de vuelta Concha!!! Por fin has conseguido vencer a los troyanos!!! Nos encanta tenerte de nuevo entre nosotros en perfectas condiciones y a pleno rendimiento! Un besazo! y probaré a comprarme una pelota de esas antiestrés... dios, la época de exámenes es lo peor...

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