miércoles, 20 de enero de 2010

Injusta Justicia

Mehmet Ali Agca, condenado en 1981 a 29 años de reclusión por atentar contra Juan Pablo II, por asesinar a un director de un periódico turco y por llevar a cabo actividades terroristas varias, está en libertad. Definitiva. La criaturita, que ha salido tras cumplir al completo su condena, ha sorprendido a todos declarando lindezas cómo: "El fin del mundo se acerca", "Los seres humanos desapareceran en este siglo" o "Yo no soy Dios, ni el hijo de Dios, sino el eterno Cristo". Los médicos que lo han examinado, tras su puesta en libertad, le han diagnosticado "desequilibrio mental" y "personalidad antisocial". ¡Que encanto!
Y ahora me hago la pregunta del millón: ¿Qué hace este tío suelto?; ¿quiénes han sido los insensatos que han decidido que este individuo pueda salir al mundo exterior y campar a sus anchas por él?
Dicen que "mal de muchos complejo de tontos", pero me reconforta ver que hay paises con sistemas judiciales tan absurdos y caóticos como el nuestro. Ya andaba yo escandalizada, indignada por lo de nuestro Farruquito que, tras cometer un homicidio y otras tropelías conocidas, está, tan solo a 3 años de su delito, en la calle. Triste destino el de esa viuda que con su luto aún fresco, tiene que sobrevivir sabiendo que el autor de su desgracia está ya suelto, bailando en escenarios y recibiendo aplausos.
Mientras que nuestro bailaó anda taconeando, Ali Acga, que esta loco pero según para qué cosas, quiere "capitalizar los derechos de su historia personal en forma de entrevistas exclusivas, libros o películas a cambio de sumas millonarias"
Buenos tiempos son éstos en los que tales personajes pueden enriquecerse contando sus maldades mientras que los familiares de sus víctimas estan aún llorando impotentes e indefensos.

2 comentarios:

  1. Aquí tambien tenemos unos cuantos que viven del delito que cometieron (El Dioni mismo), pero Ali Agca ha cumplido su condena completa, los de aquí han estado en la cárcel 15 días. En fin, los tontos somos nosotros que les pagamos por contar sus cosas. Si no lo hicieramos tendrían que trabajar para sobrevivir pero como los mantenemos pues ellos tan contentos...

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  2. A mí estas cosas me ponen de los nervios... yo no le pagaba a ese tío ni un duro por nada, vamos... pero ya se sabe: si vende hay negocio... una pena, pero es así...

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