domingo, 21 de marzo de 2010

21 de marzo: Día Internacional del Sueño

¡"A buena hora mangas verdes"!, a estas alturas me vienen con que dormir es bueno.Y no 7 horitas, sino ¡las que te pida el cuerpo!. Mi, desde hoy, apreciado profesor de la Universidad de Berkeley, el amigo Matthew Walker afirma en su estudio que, no  sólo el sueño tiene un "efecto renovador en las células cerebrales", sino que, encima, "la siesta es inmejorable para las habilidades mentales"...
Ya veis, y yo aguantando durante 50 lindos años, mieles del tipo: "que si eres una holgazana", "que si una mujer de bien no se levanta tan tarde", "que si hay que estar de pie a las 7,00 de la mañana para ser como Dios manda"... Pero bueno, ni que decir que una servidora ha soportado todo este tiempo el chaparrón estóicamente, pero, por supuesto (sabedora de estar en posesión de una verdad universal que mi coleguilla Mateo ha venido a confirmar) ha seguido haciendo, sin dejarse intimidar, lo que le pedía el cuerpo, lo que le daba la real gana, o sea, quedarse a gustito en la cama.
Lo del ritual del sueño es una gozada. Todas las noches, como últimas palabras, no rezo el "Jesusito de mi vida", ni me encomiendo a las ánimas... , mi  última frase del día es siempre la misma: "¡Oh, que maravilla, mi cama!"
De todas maneras, hay un detalle del estudio de mi segundo profesor predilecto (el primero, of course, es mi media naranja) que se me escapa y es esa que habla del efecto reparador del sueño. No me encaja porque mi experiencia (ricamente empírica y dilatada) me dice que, por las mañanas, una amanece embotada, abotargada y con un desencaje, que más parece que, en vez de descansar, hubiera librado mil batallas.
Así que tendré que mandarle, a mi simpático profesor de marras, una carta, instándolo a seguir currándose el tema, para que me acabe explicando por qué, cuándo me despierto, estoy fea e hinchada como un sapo y no bella y sonrosada como la princesa encantada.
Dormilones del mundo, ¡feliz Día Internacional del Sueño! Para que veais, ¡nosotros también tenemos nuestro momento!. Hoy os incito a que durmais doble, por eso del recochineo y porque cuándo uno se siente reconocido, parece como si la satisfacción fuera doble.