miércoles, 17 de febrero de 2010

El Marcel Marceau español

¿Alguien ha comunicado a nuestro idolatrado Presidente del Gobierno que ya hay una traductora para sordos en la esquina inferior derecha de nuestros televisores, que no es necesario que él personalmente haga de traductor y gesticule tanto? Es que hoy, viéndolo en el debate del Congreso, ya no sabía, en mi desconcierto, a quién mirar, si a él o a la chica de abajo.
Me van ustedes a perdonar, pero tengo que decir que cada vez que veo a Rodriguez Zapatero hablar con esos aires de creérselo, con esas poses, con esa palabrería y esos aspavientos, me dá la risa. Claro, que éso es cuando lo veo, como quien dice, haciendo el tonto en casa (queda en familia), porque cuando lo contemplo compareciendo ante la Unión Monetaria y observo las caras de perplejidad de esos señores del Parlamento Europeo, como preguntándose. "¿Cómo ha llegado este personaje donde esta?", me da vergüenza ajena, la verdad. Porque una cosa es que haga el rídiculo en la intimidad de nuestro país y otra muy distinta que nos deje, ante toda Europa, a la altura de una algofifa.
Ya hubo quién cambió su imagen en la página web de la Unión, suplantándola por la del famoso, por estúpido, Mr. Bean. Yo, en cambio, cada vez que me enfrento a su visión, me viene al recuerdo una película: "Bienvenido Mr. Chance". ¿La han visto?, ¿saben de que vá?, pues, básicamente, de la meteórica ascensión a las altas esferas de la política, de un pobre discapacitado mental (interpretado por Peter Sellers), que solo sabe de jardinería y de lo que ve en tv. El absurdo surge cuándo empieza a trabajar de jardinero para una confidente del presidente de EEUU y cuando ésta empieza a interpretar todas las simplezas que este infeliz dice, como "una metáfora de mil significados", quedando sencillamente prendada. En fin... veánla. Vale la pena.
Ni que decir tiene que ésta es una apreciación personal e intransferible; en su descargo, también os confiezo que, cuándo veo a Don Mariano, me acuerdo de Barrio Sesamo y concretamente del Monstruo Comegalletas. Mala pasada la de las asociaciones de ideas.
Pero volviendo a Jose Luis, tranquiliza (o quizas, inquieta) ver que una humilde servidora no va descaminada. En el último "The Economist" (el semanario económico más influyente de Europa) opinan de Zapatero, más o menos, lo mismo que yo. Sus comentarios, of course, son más eruditos, más elaborados, más profundos que los míos, pero básicamente han llegado a la misma conclusión que yo, o sea, que en vez de dedicarse a presidir gobiernos y parlamentos, nuestro engendrador de góticas predilecto, se podría haber metido a mimo.
Por cierto, hay una columna en el periódico Expansión del lunes 15 de febrero, que deberían leer. Se titula: "Un lejano desayuno en 'Financial Times'" y esta firmado por Tom Burns. Merece la pena. Localícenlo. Verán la diferencia entre un gran presidente y un mamarracho; la misma que hay entre una cebolleta y el jamón serrano.