sábado, 20 de febrero de 2010

Eutanasia sí, eutanasia no

Eutanasia sí, eutanasia no. Duro debate ése en el que se baraja la posibilidad de poder quitar la vida, "fría y deliberadamente", a una persona. Suena cruel ¿verdad? ¿Pero que pensarían si ese paso se diera por amor, por evitar el sufrimiento indecible de alguien a quien se quiere enormemente? ¿Cambia eso las cosas? ¿Quizás eso legitima una acción, en principio moralmente inviable, y la envuelve en un halo de generosidad, entrega y fidelidad para con el ser amado? Estamos hablando de situaciones en las que ya no hay cabida para la esperanza, momentos en los que ya no hay nada a lo que aferrarse, nada que te aliente a seguir viendo como tu hijo, tu marido, tu madre padecen dolores insufribles, agonías titánicas... todo sabiendo que es para nada.
Descripción de eutanasia: "Acto que supone quitarle la vida a una persona por voluntad de ésta" Por voluntad del enfermo, no por la tuya propia. ¿Cómo enfrentarte, día tras día, a la mirada de súplica de alguien a quien amas profundamente y que te pide, que te ruega que le ayudes a descansar, a tener una muerte digna, a morir en paz?
Eutanasia sí, eutanasia no. Duro debate ese. Creo que, como en todo, tendríamos que vernos en esa situación para percibir en todo su amplitud lo que pasa por tu alma, por tu corazón y lo que, en consecuencia, te dicta tu mente.
No soy capaz de juzgar a quien la practica, pero sí pediría clemencia hacia aquellas personas que, desgarradoramente, dan ese paso. Sinceramente, no me gustaría verme en sus pellejos.